lunes, 19 de septiembre de 2011
LUCHADOR… ¿RUDO?
Brutus es el nombre del que había sido el luchador más famoso y más temido por su rudeza dentro y fuera del cuadrilátero. Siempre alardeaba de que a él nada le asustaba ni hubiera podido sacarle siquiera una lágrima. Pero todo esto pasó a la historia cuando el pasado 13 de septiembre, en una rueda de prensa que convocó para hablar acerca de su siguiente pelea, de pronto empezó a quejarse escandalosamente, de un dolor en el área abdominal, lo que en un principio sorprendió y luego alarmó a los asistentes, ya que del grito pasó al alarido y de allí al llanto sin mayor trámite. Los fotógrafos, ansiosos de capturar la imagen del rudo luchador en estado tan vulnerable, obstaculizaban el trabajo de los paramédicos que trataban de asistir a Brutus.
Los informes brindados a la prensa esa misma tarde fueron que Brutus había sido sometido a una apendicetomía de emergencia, provocada por una semilla alojada en su apéndice. En estas situaciones, las semillas van fermentando y aumentando su tamaño, debido a la temperatura normal y constante del organismo.
La apendicitis es la inflamación del apéndice, que mide de 7 a 8 cm de largo por 05 cm de diámetro y se encuentra ubicado dentro del ciego, que es una especie de bolsa. La presencia de semillas es muy rara, pero causa una obstrucción de la luz al órgano, lo que va llevando a un aumento de la presión intraluminal y acumulación de las secreciones de mucosa propias de este órgano. De no ser detectada a tiempo esta obstrucción, se comprimen las arterias y venas, causando isquemia e invasión bacteriana a la pared del apéndice, con necrosis, gangrena y perforación si no es atendida de inmediato.
A la inflamación leve se le llama flegmonosa o purulenta, de aquí puede pasar a estado de gangrena y enseguida a una perforación de la misma. Esto puede evolucionar de forma que lleve a una peritonitis aguda difusa, lo que ya pone en peligro de muerte al paciente.
Los síntomas principales de esta enfermedad son, fuerte dolor en el epigastrio, que va migrando hacia la zona iliaca derecha, al tiempo que se va volviendo más intenso. Puede ir acompañado de vómito y febrícula. El dolor se intensifica al hablar, toser, estornudar o caminar.
Brutus hubiese tenido más cuidado, de haber sabido que muchas semillas están constituidas por celulosa y que nuestro sistema digestivo no cuenta con enzimas capaces de descomponerla.
Reportó para “El Desgarriate” del grupo de los 509 Tania Camarillo Santos