Un joven estaba en la calle vendiendo agua de jamaica. La gente no dejaba de voltear a ver el cartel que anunciaba “Venta de vasos sanguíneos”; algunos reían, otros pretendían no haber visto nada, otros ni siquiera vieron el anuncio, algunos solamente compraban el agua, y otros cuantos no entendían a que se refería con vasos sanguíneos, pues solamente era agua de jamaica. Y para estos torpes que no comprendían, el joven vendedor hace una insinuación a los vasos sanguíneos del sistema angiológico del cuerpo, que son los tubos por donde circula la sangre, están clasificados por capilares, venas, y arterias.
El vendedor daba muchas veces la explicación, ya que muchos de sus clientes no lograban entender el cartel. Él les decía que los capilares son vasos minúsculos, con paredes excesivamente delgadas, su función es de intercambiar líquido, nutrientes, electrolitos, hormonas y otras sustancias entre la sangre y los espacios intersticiales, que son espacios entre las células. Las venas son vasos de paredes delgadas y poco elásticas, poseen válvulas que ayudan a regresar la sangre al corazón. Junto con los músculos recogen la sangre y la devuelven al corazón por medio de las venas cavas. Y por último las arterias; estas son más gruesas que las venas, llevan la sangre rica en oxígeno desde el corazón hasta los órganos, por ellas circula la sangre a presión debido a la elasticidad de las paredes.
Después de la explicación que recibían, los clientes decían “Ahh!!! Ahora comprendo perfectamente!” ya no tenían confusiones, porqué los vasos en que servía el agua son literalmente vasos y el agua de jamaica porque es roja, al igual que la sangre. Ahora reían y disfrutaban de la refrescante agua en estos días calurosos. Aunque no faltó el que corrió a buscar un baño para vomitar después de beber el agua y escuchar la razón del original nombre del negocio.
Reportó para “El Desgarriate”, Ana Emilia Pérez Rodríguez del grupo de los 509.