En pleno siglo XXI, la alimentación de la población adolescente se ve invadida por la sabrosa fast food, llena de calorías (una caloría es la cantidad de energía que equivale a la cantidad de calor necesario para elevar en un grado centígrado la temperatura de un gramo de agua) y con bajo valor nutricional. Nos la vivimos comiendo el combo de hamburguesas o tortas con papas y refresco que a pesar de que contienen proteínas, una inmensa cantidad de hidratos de carbono, una gran cantidad de grasas y mínimas vitaminas no nos importa mucho nutrirnos solo alimentarnos. ¿En que radica esta diferencia?
En que nutrirse es incluir en la dieta un equilibrio de carbohidratos (60 a 70%), grasas (20 a 25%), vitaminas, proteínas (10 a 15%), agua (litro y medio) y fibra y alimentarse es consumir cualquier alimento rico, sabroso y barato que se nos ponga enfrente.
Vale la pena valorar lo que estamos consumiendo y comenzar el año con propósitos de mejorar nuestra alimentación para que sea balanceada, quitarnos la flojera de cargar nuestros recipientes con alimentos hechos en casa y tener una mayor conciencia de que a mejor alimentación mejor calidad de vida.
Para el desgarriate reportó Leticia Franzoni
martes, 31 de enero de 2012
sábado, 21 de enero de 2012
Estos tiempos
Recuerdo que si anteriormente le preguntabas a alguien si alguna vez había sido asaltado, era muy extraño que contestara diciendo que había sido asaltado. Desgraciadamente las cosas han cambiado, hoy no nos sorprende saber que alguien ha sido asaltado. No diré que es culpa del gobierno o que la culpa recae en la psicología del mexicano que siempre ha buscado el máximo beneficio con el menor esfuerzo, siempre he creído que buscar culpables es lo menos importante cuando en verdad se quiere resolver un problema.
Es muy común escuchar generalizaciones, pero he aprendido que es algo que no se debe hacer. Digo esto porque últimamente he visto y comprobado con tristeza que algunos policías son la personificación de la ineficiencia. Pero como ya dije, no generalizaré al personal policial, tengo la esperanza y confianza en que sí hay policías honestos que desempeñan de forma óptima su empleo.
Hablo de tal ineficiencia porque muchos ciudadanos después de haber sido asaltados nos llenamos de furia e ira, lo cual hace que tengamos deseos de aniquilar al ser humano que nos ha robado la paz, la calma de un día. Sin embargo, creo que una pelea con un delincuente no e s una lucha que valga la pena para arriesgar nuestra vida.
Pero sí sé de una lucha por la cual sí vale la pena dar nuestra vida, la lucha diaria por ser profesionistas que trabajan por el bien de México. Creo firmemente que de nuestras aulas saldrán líderes inteligentes, pensantes, reflexivos que sabrán crear fuentes de empleo disminuyendo así la delincuencia.
Otra lucha igual de importante es la de cuidarnos a nosotros mismos, tener precauciones. A muchos de nosotros nos gusta escuchar música y por ello traemos audífonos, pero ya comprobé que usarlos en la calle no es muy seguro, limita nuestra audición y dejamos de estar alerta a lo que sucede a nuestro alrededor, además de que esa clase de artefactos siempre atraen a los asaltantes, es mejor usarlos dentro de lugares seguros, sé que tenemos necesidad de estar escuchando música, pero creo que es más importante nuestra propia seguridad.
Me causa una tristeza infinita, pero ya no es seguro salir a la calle con objetos lindos o caros que nos gustan porque llaman la atención, es mejor guardarlos para usarlos igualmente sólo dentro de lugares seguros. Algo más que creo muy importante es siempre estar atentos a nuestro entorno al entrar y salir de nuestra casa, de la escuela o de alguna plaza comercial, siempre revisar que alguien no nos esté siguiendo.
Si tomamos las precauciones necesarias, será más difícil que nos asalten. Y también recordemos levantar la voz si desafortunadamente nos llega a pasar, no dejemos las cosas en el silencio, debemos levantar demandas, exigir que las autoridades hagan su trabajo, su función es servir al pueblo. Y defendamos y propaguemos los valores con todos los que nos rodean, sobre todo a los niños. Está en nuestras manos mejorar a nuestra sociedad.
Para el Desgarriate reporta Edgar Sandoval de la facultad de Ingeniería de la UNAM.
martes, 3 de enero de 2012
Mensaje 1
No voy a decirles nada nuevo, ni nada que ustedes no sepan. Sólo quiero recordarles ciertas cosas que a veces a todos se nos llegan a olvidar. Y que en parte me ayuden a cumplir un objetivo que me encantaría contagiarles para que ustedes lo compartan conmigo.
Como mencioné al inicio, no hace falta que les diga que a veces nos da miedo vivir en el mundo en el que vivimos, por la inseguridad, por la violencia que a diario se documenta en el país, por lo difícil que es encontrar un buen trabajo, porque cada día parece más y más difícil vivir de la forma en que deseamos. Quiero transmitir un mensaje, quizá ambicioso, pero muy honesto. Los jóvenes tenemos la responsabilidad de cambiar toda esta situación.
Hace poco conocí a un joven admirable, un joven de bajos recursos que desde niño ha tenido que trabajar para que su familia pueda cubrir las necesidades básicas. Me dirán que hay muchos jóvenes en esa misma situación, lo que me pareció admirable de él, fue que a demás de lo que ya les mencioné, él está infectado con el virus de VIH, y padeció SIDA, y con ello, la discriminación de las personas. Gracias al CAPASITS (Centro de Atención a Pacientes con VIH SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual) mantiene un estado de salud estable, no es fácil, ya que la clínica queda a dos horas de su casa, sin embargo, el acude para preservar su salud y así poder seguir ayudando a su familia y pelear por su gran sueño: ser chef profesional, estudiando en escuelas abiertas y buscando trabajo relativo a la cocina en donde pueda en el puesto que le den.
Pensemos en los niños y jóvenes que vemos a diario en los cruceros de las grandes avenidas, en los vagones del metro, en las calles, ya sea vendiendo dulces, limpiando parabrisas, pidiendo limosnas, pintándose la cara de payasos. Todo eso para conseguir una moneda.
Les cuento esta historia y les recuerdo la situación de estos niños y jóvenes para que reflexionemos juntos lo afortunados que somos al poder estudiar en la UNAM, y sobre todo, valoremos nuestra salud. Día a día recordemos que nosotros, estamos privilegiados por tener la oportunidad de estudiar en una de las mejores universidades del mundo, y con lo que aprendamos en el día a día dentro y fuera de la escuela, aprovechemos cada oportunidad que se nos presenta para comenzar a mejorar nuestra sociedad.
Aprovechemos todo lo que la universidad nos da, y vayamos a clase con una mentalidad distinta, dejemos a un lado el ir a clases sólo para acreditar las materias, vayamos a los salones con la intensión de exprimir el conocimiento de nuestros profesores y más que aprenderlo de memoria, comprender el conocimiento pensando que si aprendemos bien, ayudaremos a nuestro país cuando trabajemos y con ello nuestra calidad de vida también será mejor.
Para el Desgarriate reportó Edgar el abuelo Sandoval
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