Recuerdo que si anteriormente le preguntabas a alguien si alguna vez había sido asaltado, era muy extraño que contestara diciendo que había sido asaltado. Desgraciadamente las cosas han cambiado, hoy no nos sorprende saber que alguien ha sido asaltado. No diré que es culpa del gobierno o que la culpa recae en la psicología del mexicano que siempre ha buscado el máximo beneficio con el menor esfuerzo, siempre he creído que buscar culpables es lo menos importante cuando en verdad se quiere resolver un problema.
Es muy común escuchar generalizaciones, pero he aprendido que es algo que no se debe hacer. Digo esto porque últimamente he visto y comprobado con tristeza que algunos policías son la personificación de la ineficiencia. Pero como ya dije, no generalizaré al personal policial, tengo la esperanza y confianza en que sí hay policías honestos que desempeñan de forma óptima su empleo.
Hablo de tal ineficiencia porque muchos ciudadanos después de haber sido asaltados nos llenamos de furia e ira, lo cual hace que tengamos deseos de aniquilar al ser humano que nos ha robado la paz, la calma de un día. Sin embargo, creo que una pelea con un delincuente no e s una lucha que valga la pena para arriesgar nuestra vida.
Pero sí sé de una lucha por la cual sí vale la pena dar nuestra vida, la lucha diaria por ser profesionistas que trabajan por el bien de México. Creo firmemente que de nuestras aulas saldrán líderes inteligentes, pensantes, reflexivos que sabrán crear fuentes de empleo disminuyendo así la delincuencia.
Otra lucha igual de importante es la de cuidarnos a nosotros mismos, tener precauciones. A muchos de nosotros nos gusta escuchar música y por ello traemos audífonos, pero ya comprobé que usarlos en la calle no es muy seguro, limita nuestra audición y dejamos de estar alerta a lo que sucede a nuestro alrededor, además de que esa clase de artefactos siempre atraen a los asaltantes, es mejor usarlos dentro de lugares seguros, sé que tenemos necesidad de estar escuchando música, pero creo que es más importante nuestra propia seguridad.
Me causa una tristeza infinita, pero ya no es seguro salir a la calle con objetos lindos o caros que nos gustan porque llaman la atención, es mejor guardarlos para usarlos igualmente sólo dentro de lugares seguros. Algo más que creo muy importante es siempre estar atentos a nuestro entorno al entrar y salir de nuestra casa, de la escuela o de alguna plaza comercial, siempre revisar que alguien no nos esté siguiendo.
Si tomamos las precauciones necesarias, será más difícil que nos asalten. Y también recordemos levantar la voz si desafortunadamente nos llega a pasar, no dejemos las cosas en el silencio, debemos levantar demandas, exigir que las autoridades hagan su trabajo, su función es servir al pueblo. Y defendamos y propaguemos los valores con todos los que nos rodean, sobre todo a los niños. Está en nuestras manos mejorar a nuestra sociedad.
Para el Desgarriate reporta Edgar Sandoval de la facultad de Ingeniería de la UNAM.