La infección por hepatitis B se puede propagar a través del contacto con sangre, semen, flujos vaginales y otros fluidos corporales de alguien que ya tiene esta infección. Se puede propagar a través de:
- Transfusiones de sangre (infrecuente en Estados Unidos)
- Contacto directo con sangre en escenarios de atención médica
- Contacto sexual con una persona infectada
- Tatuajes o acupuntura con agujas o instrumentos que no estén limpios
- Agujas compartidas al consumir drogas
- Compartir elementos personales (como cepillo de dientes, máquinas de afeitar y cortauñas) con una persona infectada
El virus de la hepatitis B se le puede transmitir a un bebé durante el parto si la madre está infectada.
Los factores de riesgo que predisponen a la infección por hepatitis B abarcan:
- Estar infectado con VIH
- Estar en hemodiálisis
- Tener múltiples compañeros sexuales
- Hombres homosexuales
Síntomas
Después de infectarse por primera vez con el virus de la hepatitis B:
- Puede que no se presente ningún síntoma
- Sentirse enfermo durante un periodo de días o semanas
- O lo peor del caso, muy enfermo (porque la hepatitis es fulminante)
Si nuestro hermoso cuerpecito es capaz de combatir la infección por hepatitis B, cualquier síntoma que haya tenido desaparece en semanas o meses. Pero algunas personas no son capaces de librarse completamente de la infección por hepatitis B, lo cual se denomina hepatitis B crónica.
Muchos que tienen hepatitis B crónica tienen pocos o ningún síntoma e incluso pueden no lucir enfermas. Por ende ni se enteran que están infectadas; el problemas es que todavía le pueden transmitir el virus a otras personas y los síntomas pueden no aparecer hasta 6 meses después del momento de la infección. Estos son:
- Inapetencia
- Fatiga
- Febrícula
- Dolores musculares y articulares
- Náuseas y vómitos
- Piel amarilla y orina turbia debido a la ictericia
Las personas con hepatitis crónica pueden ser asintomáticas, aunque se puede estar presentando daño gradual al hígado y con el tiempo, pueden desarrollar síntomas de daño hepático y una enfermedad llamada cirrosis
Algunos pacientes con hepatitis crónica se pueden tratar con antivirales o un medicamento llamado peginterferón. Estos medicamentos pueden disminuir o eliminar la hepatitis B de la sangre y reducir el riesgo de cirrosis y cáncer del hígado.
El trasplante de hígado se utiliza para tratar la enfermedad hepática por hepatitis B crónica grave.
La hepatitis B es mortal en aproximadamente el 1% de los casos.
la inyección de inmunoglobulina contra la hepatitis B (IGHB) pueden ayudar a prevenir la infección por hepatitis B si se administra dentro de las 24 horas posteriores a la exposición.
Medidas en el estilo de vida para prevenir la transmisión de la hepatitis B:
- Evite el contacto sexual con una persona que padezca hepatitis B crónica o aguda.
- Use condón y practique relaciones sexuales con precaución.
- Evite compartir elementos personales, como máquinas de afeitar o cepillos de dientes.
- No comparta agujas para inyectarse drogas ni otro equipo para el consumo de éstas (como pajillas para inhalar drogas).
- Limpie los regueros o derrames de sangre con una solución que contenga 1 parte de blanqueador de uso doméstico por 10 partes de agua.
Los virus de la hepatitis B (y hepatitis C) no se pueden propagar por contacto casual, como darse la mano, compartir utensilios para comer o vasos para beber, amamantar, besarse, abrazarse, toser o estornudar.