miércoles, 5 de septiembre de 2012

Las cavidades del pecado



Esta es la historia de dos jóvenes que tras la fiesta cedieron a la tentación. Todo comenzó por culpa de las cavidades oculares, las cuales albergan a los principales órganos receptores, los ojos. Cuando ella se percató de que un muchacho de la fiesta tenía cierto atractivo no dudó en acercarse ya que además tenía las copas encima (el alcoholismo afecta principalmente al hígado, el cual se encuentra en la cavidad abdominal). Entonces entraron en acción las cavidades auditivas, nasales y oral al mismo tiempo en un frenesí de estímulos causados por la música a todo volumen, que obligaba a los dos pretendientes a hablarse al oído y así aumentar la atracción; el olor a alcohol, perfume y cigarro (el tabaquismo afecta principalmente a los pulmones que están en la cavidad torácica) y las palabras seductoras que prontamente hicieron que sus corazones, ubicados también en la cavidad torácica, latieran desenfrenadamente. De la charla pasaron al baile y de ahí a la cama. En esta parte tres fueron las cavidades de las bajas pasiones dos de ellas ubicadas en la cavidad abdominopélvica la cual ejercitaron muy bien llegando a sentir un impulso que recorrió toda su cavidad dorsal… Cayó la mañana y nuevamente fueron los ojos los primeros en percibir su entorno, de otra manera.
Para la sección La tentación y los pecados del Desgarriate reportó Nolasco González Erick Moisés de los queridísimos  509